Este barrio: el Albayzín
Siempre llevaré en el corazón a esas buenas gentes que no
exigen nada y dan lo poco que tienen. Son vecinos del Albayzín. Siempre me han
hecho sentirme a gusto con ellos. Podrían ser personas del Telediario, de
situaciones muy precarias, de gentes resignadas a no salir en el telediario como
salen otras mucho mas lejos de donde vivimos y paseamos todos los días. Saben
convivir son todos: con gentes que vienen de otros países buscando lo que no
encuentran en sus lugares de origen, con profesores de Universidad, con gente
guapa que vive en el sitio siempre de moda, con enamorados del Albayzín, con
gente de paso, con personas que quieren sentir la vida muy de cerca, es un
barrio que te mete en la vida de lleno. Y sus vida son sus gente, nadie es
indiferente en este barrio. El Albayzín cambia mas rápido que nosotros mismos
porque está vivo yeso es bueno, no es solo un escenario o museo como otras
ciudades, meros telones que se abren para el turismo y se cierran por la noche.
Pero este es también su peligro, estos cambios han ido creando situaciones de
exclusión, de abuso, de especulación que se deben ir detectando y compensando.
La Inspección Técnica de Edificios es una herramienta de
control fundamentalmente. Nos está detectando desde hace poco tiempo estas
situaciones de inseguridad, de peligro y de marginación. Más que en otros
barrios donde es posible que estas situaciones sean mas aisladas, en el barrio
que es Patrimonio de la Humanidad se producen a diario situaciones de alarma.
Ayer visitamos un edificio protegido del siglo XVI en la calle San Buenaventura,
solo quedaban dos familias de las tres que vivieron entonces, donde antes corrían
los chiquillos en numero de diez, ahora viven tres ancianos uno de ellos de más
de 85 años. Parece que el mundo se ha olvidado de ellos o por lo menos todos
los granadinos. El interior de sus viviendas a base de esmerados cuidados y
repintados se resiste, con la modestia de una precaria economía, al paso del
tiempo. El frío se mete hasta los huesos en un edificio sin calefacción por
las carpinterías de maderas repintadas con capas de esmalte y sin cristal, pues
hace ya muchos años que se cayó, las humedades les rodean por el suelo, las
paredes y las cubiertas y terrazas que dejan pasar unas pertinaces goteras por
debajo del hueco de la escalera y obligan a recoger cada cierto tiempo con un
barreño el agua de lluvia. Uno de los cuartos de baño hace años que lo
clausuraron, porque tenia perdidas por la bajante de saneamiento y el dueño
tampoco quiso arreglarlo. Un trozo de tela asfáltica autoprotegida en la
cumbrera delata los pocos remedios que los inquilinos han podido hacer a
espaldas del propietario actual. Una de las inquilinas nació en el edificio de
enfrente y fue montando aquí su pequeña vida con sus cinco hijos que poco a
poco se han ido yendo. También ha visto como el edificio donde nació se fue
dejando arruinar hasta que tuvo que ser apuntalado y sujetarse en el edificio
que ahora vive. El propietario actual ya no es el de entonces, ha heredado el
edificio y ya no lo mantiene. No quiere unos inquilinos con rentas antiguas, no
puede acordarse de que estas personas llevan años pagando rentas, que ahora son
bajas, y la Ley de arrendamientos urbanos no ha venido a solucionar el problema.
Solo ve en su herencia la posibilidad de sacar unos apartamentos por el que los
nuevos inquilinos pagaran unos alquileres opíparos por el lujo de unas
maravillosas vistas.
Es la historia de siempre, de los tiburones con varios
edificios en la ciudad que solo ven la rentabilidad del momento: mantienen a los
inquilinos en situaciones infrahumanas, hasta que asustándoles les cansa o se
viene abajo el edificio, o, en nombre de la seguridad, se utiliza el tan manido
recurso de la declaración de ruina y la extinción de los contratos de
arrendamiento. No les importa el Patrimonio de todos sino para estrujarlo y
sacarle todo el jugo.
No, esta vez, no será así, se ha puesto en marcha un
mecanismo que obliga a los propietarios a su deber de conservación: la Inspección
Técnica de Edificios. La ITE ordena a los propietarios que no realicen el
mantenimiento del inmueble, medidas inmediatas de seguridad y obras
complementarias de rehabilitación, si no las realizase, se les ejecutan por
ejecución subsidiaria pasándole el cargo del presupuesto ejecutado y se le
imponen hasta 10 multas coercitivas por el valor total de las obras, se puede
llegar a la situación de sustituir al propietario incumplidor con su deber de
conservación del inmueble con la venta forzosa. A veces, la situación ha
llegado a tal deterioro y abandono, que la seguridad obliga a los inquilinos a
abandonar el inmueble hasta su aseguramiento y rehabilitación hasta su
posterior retorno.
Los casos son muchos: en Calle Beteta, en Buenaventura, en
los Negros, en Perro Alta, San Juan de los Reyes, etc.
La ITE es el mecanismo que en el tiempo asegurará que no se
produzcan situaciones de riesgo y que se mantenga el patrimonio arquitectónico
por parte de todos y por tanto, los inquilinos de siempre puedan vivir
dignamente. En este sentido, obliga al propietario sin depender de las rentas
que tenga que mantener el edificio en condiciones de estabilidad, seguridad,
salubridad y estanqueidad, habitabilidad y uso efectivo. Pero no esla panacea.
No puede ser el único instrumento. ¿ Qué ocurre si el propietario no posee
recursos económicos o las cargas del mantenimiento del patrimonio son
insostenibles y exceden de su deber de conservación?
Parece claro que la ITE detecta estas situaciones que de otra
forma seguirían encubiertas y, a la vez, que ejecuta la disciplina urbanística
que se derive de su labor, pero se deben aportar las ayudas no solo para
realizar los informes de inspección técnica, sino para esas situaciones limite
que de otra forma serian insostenibles. La previsión es que a partir de ahora,
y con un informe de servicios sociales, desde la ITE se puedan proporcionar las
ayudas para los propietarios sin recursos.
Casos conocemos todos, pero los técnicos de la ITE en este año
han conocido muchos: muchos propietarios han hecho las obras recogidas en sus
informes técnicos; en algún inmueble antes de que el propietario llegara a
abrir la puerta a los técnicos de la ITE ya les proporcionaba la lista de
inquilinos a desalojar; será por eso, que las grandes empresas de rehabilitación
se quejan porque la ITE no consigue el objetivo de desalojar grandes inmuebles
del Albayzín para su adquisición y posterior venta con ingentes beneficios en
la operación (claro, será porque el objetivo de la ITE es el mantenimiento del
patrimonio y de los residentes); los propietarios, muchos de ellos que viven en
el extranjero, y que llevan años alquilando inmuebles a estudiantes a precios
abusivos y con condiciones de infravivienda, se ven forzados a vender o a
realizar las obras que les requieren desde la ITE.
Pero, ¿cuál es la realidad ahora?: se están otorgando
ayudas a propietarios con diferentes inmuebles todos ellos en un estado
lamentable,cuando podría vender unos y mantener en buenas condiciones otros. Se
están dando ayudas a propietarios con recursos que durante años han
desatendido su deber de conservación con la condición de que durante diez años
mantengan unas condiciones de renta bajas, que el propio mercado se ocupará de
destruir pues trascurrido ese plazo pasarán al mercado libre en forma de
especulación con dinero publico. Como las ayudas son en función del numero de
viviendas, en edificios con alto valor patrimonial se exprime hasta el ultimo
metro para sacar apartamentos para que el propietario consiga el máximo
rendimiento, sin entrar en otras consideraciones. Y cuando los números no salen
se dejan pasar de largo edificios emblemáticos en un barrio que necesita una
racionalización de usos.
Es cierto, que al Albayzín le ha costado ponerse en marcha,
igual que a la propia ITE, pero que este es un mecanismo necesario e imparable
que esta necesitado de Que otras iniciativas también comiencen a dar sus
frutos.